8.- Ojos Negros
EXTRACCIÓN: Metálicos: hierro; No Metálicos: sal
Caracterización:
El Paisaje minero de Ojos Negros comprende un conjunto de profundas simas escalonadas, desmontes, escombreras, pistas y destartaladas naves vacías que contrastan con su entorno: labores del cultivo de cereales que ocupan ordenadas parcelas que se alternan con abigarradas masas de carrascas y matorrales.
Se encuadra éste en un ámbito geológico de interés, determinado fundamentalmente por la denominada Sierra Menera, una de las cadenas montañosas del Sistema Ibérico. Es este un macizo montañoso del conjunto de sierras que constituyen las Serranías de Albarracín y el valle del Jiloca. Ocupa una extensión que ronda los 25 kilómetros de longitud y una media de 15 kilómetros de ancho. La alineación sigue la misma dirección que el Sistema Ibérico, noroeste – sureste. Dentro del Sistema Ibérico, se localiza en la parte central de su extremo occidental. Aunque Sierra Menera sea fundamentalmente turolense, también ocupa tierras castellano manchegas, de la provincia de Guadalajara, constituyéndose como divisoria de aguas y límite administrativo.
Si bien en Sierra Menera no nace ningún río, existe una amplia red de barrancos y ramblas que drenan las aguas precipitadas hacia la vertiente mediterránea o atlántica. Hasta hace algunas décadas, estos cauces portaban un caudal prácticamente permanente -aunque fluctuante- a lo largo del año. Hoy en día, estos cauces están prácticamente secos, convirtiéndose en afluentes ocasionales del Jiloca, al este de Sierra Menera, y del río Gallo hacia el oeste.
A grandes rasgos, Sierra Menera se divide en dos grandes sectores que presentan diferencias fisiográficas. El límite entre estos sectores se encontraría en el municipio de Villar del Salz. En la mitad norte, con mayor anchura que la mitad sur, predominan los terrenos abruptos, con grandes desniveles y barrancos encajados en estrechos valles. La máxima altura de este sector lo alcanza el Mojón Alto, con 1.591 m. de altitud. Esta fisiografía permite que el agua fluya a gran velocidad, propiciando la erosión del suelo y la excavación de regueros. En cambio, la mitad sur presenta un relieve mucho más suave, principalmente en la cara oeste, donde se encuentran más presentes los afloramientos de rodeno (areniscas rojas triásicas).El origen de estas últimas se encuentra en las arenas que fueron arrancadas de los relieves hercínicos por las aguas y depositadas en amplias cuencas fluviales durante el Pérmico y el Triásico, en ambientes climáticos áridos. Destaca en este sector el monte de San Ginés, con 1.601 m.
Existen zonas donde el agua de escorrentía tiene dificultades para ser drenada. En dichas zonas el suelo se encuentra constituido por materiales impermeables y el agua permanece sobre él formando humedales. En cambio, en los lugares donde el suelo está formado por materiales permeables, el agua se filtra hacia el subsuelo hasta alcanzar el acuífero.
Desde el punto de vista geológico pueden destacarse varios puntos de: las Minas de hierro de Sierra Menera, Piedra de rodeno, Salinas de Gallel (Alba), así como las Salinas de Ojos Negros.
Historia:
Las salinas:
Se encuentran en las estribaciones nororientales de Sierra Menera. A pesar de la carencia de fuentes documentales clásicas que las citen, por los restos encontrados y estudiados a escasos metros de las salinas, se conoce que éstas fueron explotadas ya por los celtíberos y romanos, prosiguiendo su explotación por los árabes. La existencia de un despoblado de época celtibérica en el Cerro de las salinas, con continuación en la ocupación hasta el medievo, a escasos metros del pozo salado, es sintomático de ello. No aparece en la documentación medieval hasta el siglo XIV, cuando pertenecían a Juan Fernández de Heredia, señor de Mora de Rubielos.
Como muchas otras salinas de Aragón estuvieron siempre en manos privadas, aunque luego fuera el Rey quien ejercía el monopolio de la distribución de la sal. Este status cambió en 1709 cuando, en aplicación de la legislación castellana, todas las salinas aragonesas pasan a manos de la Corona. A partir de ese momento el Rey nombra a un interventor y guardia real para controlar la explotación, arrendando a terceras personas los procesos de extracción y distribución. Éstas estuvieron en funcionamiento hasta mediados del siglo XX. En los últimos años se han realizado algunas intervenciones para hacerlas visitables.
Las minas de hierro
Al igual que las salinas, los estudios arqueológicos realizados en la zona por Clemente Polo y Julián Ortega confirman que los celtíberos, romanos y árabes ya realizaban todo el proceso metalúrgico: la extracción, la transformación en metal y su forja mediante pequeños altos hornos. Esta primitiva actividad metalúrgica fue tan trascendental que la comarca de Ojos Negros debe su nombre a los grandes agujeros calcinados que dejaban los depósitos del mineral que aparecen entre los campos de cultivo. Estos “hoyos negros” eran resultado de las grandes piras u hogueras de leña en las que se acumulaba el mineral con el fin de separar el hierro. Algunos de estas piras fueron de grandes dimensiones, lo que confirma la importancia que tuvo la actividad extractora de la zona desde la época celtibérica.
Entre los siglos XVI al XIX la explotación de Sierra Menera abastecía de mineral a todas las fábricas metalúrgicas de Guadalajara, Cuenca y Albarracín, de las que se conservan restos muy interesantes en las provincias cercanas.
En todo caso la actividad industrial que en mayor medida ha determinado el paisaje de Ojos Negros tuvo su inicio en los primeros años del siglo XX cuando la comarca apenas estaba habitada por 1.436 habitantes. En tan solo 10 años Ojos negros pasa a tener 2.573 habitantes, gracias al inicio de la explotación minera de los yacimientos de hierro de Sierra Menera.
La creación de la Compañía Minera de Sierra Menera fue posible gracias a D. Ramón de la Sota, quien asociado a su primo D. Eduardo Aznar, vio en los ricos criaderos de hierro de Sierra Menera una oportunidad de negocio. Estos yacimientos se situaban fundamentalmente entre los términos de Ojos Negros (Teruel) y Setiles (Guadalajara). Comprendían un total de 22 minas de hierro ocupando una extensión territorial de más de 1.400 hectáreas. El mineral extraído era de la clase hematites, muy solicitado en Inglaterra y que aquí se presentaba en grandes cantidades.
En Agosto de 1900, Sota y Aznar firman el acuerdo para su arrendamiento a D. Cosme Echavarrieta. En el contrato ya se especificaba la obligación de construir el ferrocarril minero que transportaría el mineral hasta un punto de embarque en la costa, en el que debería crearse un puerto para su carga y transporte a Inglaterra. El ferrocarril minero de Sierra Menera fue inaugurado en 1907 con un coste de 22 millones de pesetas. En el mes de julio de ese mismo año Ilega a Sagunto, procedente de Ojos Negros, el primer convoy minero formado por una máquina y 15 vagones de 20 toneladas de mineral cada uno.
Hasta 1921, la extracción del mineral se realizaba de forma manual, sin mecanización alguna. En aquel año la compañía adquirió dos excavadoras frontales de vapor que aumentaron significativamente la producción. A ello se sumó el inicio de las explotaciones a cielo abierto. En 1925 se inició la construcción del túnel de Montiel, infraestructura de 1.802 metros de longitud que permitía comunicar las dos vertientes de la sierra y facilitar la salida del mineral desde el lado de Castilla a la estación de la línea general en Ojos Negros.
Tras el parón durante la guerra civil en 1941 se reconstruye el ferrocarril y se reinicia la actividad en las ninas. Los Altos Hornos de Puerto de Sagunto requerían gran cantidad de hierro para mantener su producción a pleno rendimiento, lo que obligó a la Compañía Minera de Sierra Menera a realizar una importante inversión para modernizar su sistema de extracción. En 1969 se instaló la planta de trituración y clasificación del mineral y al año siguiente una plataforma de carga automática sobre el vagón. Gran parte de estos restos industriales todavía pueden ser contemplados in situ.
En 1972 la Compañía firma un convenio con RENFE, abandonado definitivamente la gestión de su propio sistema de transporte por ferrocarril. Desde entonces y hasta 1985, se siguieron acometiendo mejoras destinadas a la renovación del material móvil. En 1980 se alcanzó la máxima producción anual de las minas con 2.344.238 toneladas de mineral. A partir de 1977 la Compañía empezó a tener problemas derivados de la acumulación de escombreras en las minas. Cada tonelada del mineral seleccionado generaba seis de estéril, lo que implicaba apalancar una importante partida para su gestión. No obstante el final de la empresa minera, fue fundamentalmente consecuencia del cierre de la empresa siderúrgica de Sagunto, cerrada definitivamente en 1984.
EXTENSIÓN: – Km2
MUNICIPIOS AFECTADOS:
Ojos Negros (Teruel), Setiles (Guadalajara)
Bienes protegidos
Tolvas del cargadero de mineral y la nave de clasificación y cribado de Ojos Negros (Monumento de Interés Local) Resolución del Pleno del Ayuntamiento de Ojos Negros de fecha 30/03/2001.
RECURSOS Y REFERENCIAS:
– ARRIBAS, DIEGO. Minas de Ojos Negros: un filón por explotar. Calamocha: Centro de Estudios del Jiloca, 1999.
http://www.gmalicante.org/salidas2011/SALIDA384/758a.pdf
– ANUNCIO del Ayuntamiento de Ojos Negros, relativo a declaración definitiva de bienes como Monumentos de Interés Local.
http://www.boa.aragon.es/cgi-bin/EBOA/BRSCGI?CMD=VEROBJ&MLKOB=411710252055
– Xilocapedia. El wiki enciclopédico del valle de Xiloca
SIERRAS IBÉRICAS
Suponen un eje meridional que divide en dos este paisaje, siendo la Sierra de Menera la responsable de esta configuración. De hecho, la línea de cumbres de Sierra Menera supone tanto la divisoria de aguas entre la cuenca atlántica y la mediterránea, así como la frontera provincial entre Teruel y Guadalajara. Con 1.539m, el Cerro del Lobo es la cota máxima, lo que apenas supone unos trescientos metros de desnivel respecto de Setiles y Ojos Negros, principales núcleos de población.
Dicha línea de cumbres supone la forma combada suave del anticlinal que lo define y donde aflora el zócalo con la presencia abundante de cuarcitas ordovícicas. Sobre este espacio, el modelado que la minería del hierro ha creado es la pieza más significativa del paisaje, con profundas cortas y manteniendo (salvando las distancias) los “hoyos” que dan nombre a la zona.
Sin embargo, desde este eje se produce una importante disimetría entre su parte occidental, donde cae de un modo rápido hacia el tipo descrito en el punto siguiente, y la parte oriental; sobre esta última vertiente, este tipo de paisaje se extiende de un modo mucho mayor y con cierta diversidad orográfica. Por un lado, adyacente a la Sierra Menera aparece un estrecho corredor de fondo más o menos plano y materiales terciarios, donde aparte de emplearse para un uso agrícola, se emplazaron las principales instalaciones y poblados de la minería. Siguiendo hacia el Este, se yergue un relieve donde los materiales jurásicos se presentan considerablemente más compartimentados que los de Sierra Menera; de hecho, de estos materiales parte la explotación de las salinas.
CORREDORES Y DEPRESIONES IBÉRICOS
Flanquean por sendos lados (Este y Oeste) al tipo de paisaje descrito en el punto anterior. Son espacios bastante llanos, tapizados con arcillas terciarias y tierras de cultivo, lo que aporta unas tonalidades pardas dominantes en el cromatismo general. Sobre estos espacios, el poblamiento se organiza en núcleos concentrados relativamente alejados entre sí, donde los caracteres rurales priman sobre el resto. La minería carece de representatividad sobre este tipo.
PARAMERAS IBÉRICAS
Para este paisaje, este tipo resulta poco menos que residual, pues apenas es representativo por la poca superficie que representa. Su característica principal son las sierras planas, caso del Cerro del Carro, diseccionados por incisiones fluviales angostas, caso del Barranco Malo, por ejemplo.
SIERRAS IBÉRICAS
– Sierra Menera: Es el relieve más destacado y donde han primado las explotaciones extractivas, tanto de hierro como de sal, si bien sus orígenes se encuentran muy diferenciados. Para la adecuada compresión de esta unidad, cabe fraccionarla en tres subunidades definidas por tres franjas meridionales; de Oeste a Este:
- La sierra de Sierra Menera, valga la redundancia, es una alineación serrana bien definidas donde las “mordidas” de la minería del hierro suponen una gran impronta en el paisaje. Sobre sus laderas, en las áreas no mineras, la presencia de manchas forestales de quejigo y rebollo son la tónica general. Sobre el eje culminante, en los últimos años se han ido instalando parques eólicos dadas las buenas condiciones topográficas (además de, evidentemente, climáticas).
- Un estrecho corredor de fondo plano sobre el que, al margen de su uso agrícola cerealícola, se instalaron el grueso de las piezas mineras no extractivas, caso de los poblados, ferrocarril, muelles de carga, etc.
- Un relieve plegado de cobertera, área de cerros y montes de materiales jurásicos donde los materiales suponen el origen de la explotación salina. Es un área más compartimentada y con pendientes generales más pronunciadas, donde el pastoreo ha ido configurando un territorio dominado por las encinas.
CORREDORES Y DEPRESIONES IBÉRICOS
– Depresión de Molina de Aragón: Esta unidad rebasa con creces los límites del paisaje que describimos, correspondiéndose con la cuenca media del río Gallo. Para el ámbito que nos compete, acoge el núcleo de Setiles y su término agrario, donde el cereal y el girasol dominan en un espacio donde el arbolado prácticamente se ciñe a los ejes hidrográficos (donde puede haber una mínima franja de regadío), a la laguna de Los Majanos y a las zonas verdes urbanas.
– Valle y vega del río Jiloca entre Calamocha y Cella: Como en el caso anterior, esta unidad va mucho más allá de la presente en este paisaje, hasta el punto de que lo que se recoge es, prácticamente, la “anomalía”. Así, en líneas generales, esta unidad supone la franja inmediata que sigue de un modo lineal al propio río Jiloca; sin embargo, sobre este ámbito se da una protuberancia que aleja esta unidad del eje del río. Ésta queda definida por una superficie sedimentaria de materiales de la frontera entre el Terciario y el Cuaternario, topográficamente monoclinal, pero muy tendido. Desde los regadíos de las vegas del Jiloca, esta unidad se presenta como un terreno agrícola, mayoritariamente dedicado al cereal, y sin presencia de entidades de población.
PARAMERAS IBÉRICAS
– Paramera de Almodóvar del Pinar y Hoces del Durantón-Riaza: Apenas cuenta con representatividad en este paisaje, más allá de las cimas planas de sus sierras como contraposición a los aledaños cerros y montes del relieve plegado de cobertera ya mencionados.
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Nave de clasificación y criba del mineral
Nave de gran dimensión con estructura de robustos perfiles metálicos. Constituye uno de los grandes edificios que forman el complejo de la Compañía Minera de Sierra Menera. En su interior se pueden apreciar las dos alturas en que dividen la nave. La parte superior dedicada a albergar la máquina de clasificación, y la inferior al cribado y salida del mineral.
Fue construida en 1969 y desde el año 2001 dispone de protección gracias a su declaración como Bien de Interés Local por el propio Ayuntamiento de Ojos Negros.
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Cocherones
El papel del ferrocarril fue fundamental para sacar todo el mineral, y así lo atestigua que en el contrato de arrendamiento de 1900 entre Sota y Aznar y Cosme Echevarrieta ya figura la construcción de este para su transporte a la costa del Mediterráneo (aún sin determinar el punto concreto). En 1907 la línea de ferrocarril de la Compañía Minera de Sierra Menera entra en funcionamiento.
Estas antiguas cocheras del ferrocarril minero constan de dos naves adosadas con cubierta a vertiente a dos aguas. Fueron destinadas a talleres de locomotoras y utilizadas para el mantenimiento del ferrocarril. En su fachada principal se abren dos grandes puertas por cada una de las naves y entre las mismas se sitúa un óculo. Los paramentos está realizados con sillares de piedras dispuestos de manera dentada al igual que ocurre con las esquinas y en el zócalo. A lo largo de los paramentos se abren ventanas con forma de arco muy rebajado con tres sillares decorativos dispuestos por encima de los dinteles. Adosado a una de las naves, se encuentra un almacén en el que se guardaban las muestras y testigos de las catas del terreno.
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Tolva del Cargadero
Son dos torres metálicas situadas cerca de la nave de clasificación, construidas hacia 1969 para almacenar y cargar el mineral en los trenes. Estas tolvas recibían el mineral desde la planta de clasificación mediante una cinta transportadora que se ha perdido. Aún conservan las letras que dicen COMPAÑÍA MINERA SIERRA MENERA.
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Barrio Hospital
El inicio de la explotación industrial de las minas de hierro de Sierra Menera trajo consigo la llegada de numerosos obreros y la construcción de un poblado nuevo donde alojarlos. Las principales edificaciones residenciales y administrativas se concentraban en tres zonas: Barrio Hospital, Barrio Centro y Gerencia o Barrio de la Estación. El Barrio Hospital se encuentra subiendo por la carretera desde Ojos Negros. Sus edificios están muy deteriorados.
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Barrio Centro
El barrio Centro concentraba el mayor número de edificaciones. Se encuentra a quinientos metros por la misma carretera del Barrio Centro. En el mismo, además de las viviendas de trabajadores se localizan las antiguas oficinas, el casino-cine, el economato, la piscina, la iglesia y el campo de fútbol. Entre viviendas destacan los más antiguos, tipo barracones de planta terrena con patio trasero que se destinaba a pequeña huerta o almacén. Existieron más variantes que se fueron imponiendo en los distintos momentos del siglo XX.
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La Gerencia
Siguiendo por la misma carretera a un kilómetro de distancia y en dirección a Villar del Salz, se encuentra la «Casa-Gerencia» de la Compañía; un conjunto de edificaciones formado por tres edificios de dos plantas, varios garajes y un frontón, distribuidos dentro de un espacio cercado por una valla.
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Fuentes y Referencias:
– Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés (SIPCA)
– ARRIBAS, DIEGO. Minas de Ojos Negros: un filón por explotar. Calamocha: Centro de Estudios del Jiloca, 1999.