Añana / Tipos
Sierras y parameras orientales de la Cordillera Cantábrica y montes vascos y navarros
La escasa extensión de este ámbito conlleva que sólo se encuentre presente un tipo de paisaje, si bien éste presenta grandes diferencias dentro de toda su manifestación desde Cantabria hasta Navarra.
Ciñéndonos al espacio inmediato de Salinas de Añana, podemos apreciar cómo a pesar de su escasa extensión los contrastes son más que manifiestos. Es el caso de la disimetría del relieve; así se puede decir que el río Omecillo y el puerto que va de Añana a Paúl fraccionan la orografía en dos partes:
- La parte norte, donde están muy definidas las sierras de Atalaya y Canto Blanco y el valle del río Añana, todos ellos de dirección aproximada W-E, con una diferenciación nítida de las áreas altas, donde prima la erosión y afloran materiales duros del Cretácico, frente a las bajas, donde prima la sedimentación y, por tanto, materiales más recientes, Terciarios, donde abundan arcillas, arenas y conglomerados.
- En el sur la orografía da un aspecto de desorden, de escasa organización. Y esto se debe precisamente al fenómeno que da lugar a la actividad salinera, que es la presencia de un diapiro de planta ovalada y unos cinco kilómetros de W-E por unos tres de N-S. El diapiro es, precisamente, el depósito de sal (mezclado con otros materiales, mayoritariamente arcillas y yesos), que sale a la superficie por efectos de la presión rompiendo el relieve. Estos materiales, al ser fácilmente deleznables, muestran el aspecto caótico aludido, al tiempo que hacen posible el transporte de las aguas saladas explotadas.
En otro orden, cabe diferenciar la organización de los usos del suelo:
- En la parte baja de los valles las pendientes son poco potentes y los materiales sedimentarios son lo bastante ricos como para haber dado lugar a una explotación agraria bastante intensiva y concentrando la población en pocos núcleos (dentro de los límites de este paisaje, sólo aparece Salinas de Añana).
- Las laderas de las sierras, de gran pendiente, cuentan con predominio absoluto de explotaciones forestales, mayoritariamente de plantaciones de pinos, en los que se entremezclan algunos rodales de encinas y quejigos. El pino, de hecho, contó con gran relevancia en la explotación salinera, pues buena parte de las estructuras se efectuaban con su madera. Lo “afilado” de las cimas ha supuesto una baja proporción de actividad ganadera extensiva, pero, a su vez, suponen los mejores miradores de la zona.
- En el relieve del diapiro conviven las actividades forestales de las sierras con una mayor presencia de praderías y pastizales.