Arnao / Tipos
Marinas, montes y valles del litoral cantábrico
Formados por costas altas y rocosas modeladas en un conjunto de rías, bahías y rasas marinas que terminan frecuentemente en acantilados más o menos complejos y elevados sobre el mar. En estos tipos son frecuentes los cabos, promontorios o estribaciones montañosas a través de las cuales la tierra se adentra en el mar, ganando protagonismo. En el interior de las rías y bahías en el que el mar se adentra en la tierra perdiendo su fuerza erosiva y de arrastre, se generan marismas y playas de diversa extensión, reducidas manifestaciones de costas arenosas y limosas que forman mosaico con las masas rocosas que llegan al litoral. Desde los montes, las cuencas visuales alcanzan diversas extensiones de la costa recortada. Los acantilados flanquean los límites continentales y las rasas y marina se hacen especialmente visibles en los cabos, ricos en fauna y vegetación singular, favorecida esta última por las condiciones relativas de aislamiento, lo que favorece el endemismo.
La bondad del clima y la suavidad de las pendientes, unido a la existencia de buenos suelos en los sustratos sedimentarios, constituyen la base de extensos praderíos sobre los que se ha venido desarrollando una explotación ganadera intensiva, orientada mayoritariamente a la producción lechera. En cuanto a la masa forestal predomina el arbolado alóctono, eucalipto y pino, frente a la población vegetal autóctona y natural de este tipo de asociación. No obstante, la estructura parcelaria minifundista con pastos o tierras de labor prevalecen sobre las parcelas forestadas. La intensidad del aprovechamiento concuerda con un modelo de asentamientos rurales de pequeños núcleos y de hábitat diseminado, si bien en este paisaje concreto el peso de núcleos urbanos es importante (Piedras Blancas, Salinas, Raíces).
Sierras litorales y prelitorales cantabro-atlánticas
En este sector del litoral asturiano, las sierras siguen alineaciones SW-NE y un desarrollo altitudinal modesto, que sólo rebasa los 400m en puntos muy concretos. No obstante, se desarrollan en altura en un tramo muy corto, por estar en contacto con superficies de abrasión marina y por la profunda erosión de unos impetuosos cursos fluviales; por ello las pendientes son acusadas.
En ellas, el hábitat ha ido transformándose desde pequeñas aldeas emplazadas en las encrucijadas de caminos a disponerse linealmente siguiendo el viario, con una mezcolanza de viviendas y construcciones rurales con otras de naturaleza urbana.
Aledaños a los pueblos el uso dominante son prados destinados a la cría del ganado bovino, mientras que más alejados de éstos, en áreas de mayor pendiente, el eucalipto se constituye como un monocultivo.