Paisajes Mineros / Distrito minero de Linares-La Carolina (Jaén)
Las chimeneas, cabrias y otras construcciones mineras e industriales jienenses dibujan y perfilan un paisaje cuyo componente principal, como en todos los paisajes mineros, radica en el subsuelo. El plomo ha dado lugar a un importante patrimonio cultural relacionado con la actividad minera de la zona, durante sus casi 4.000 años de historia.
La minería ha marcado el paisaje y las costumbre de localidades como Linares, La Carolina, Guarromán o El Centenillo, que a día de hoy conviven con los vestigios del pasado más remoto así como elementos patrimoniales asociados al reciente pasado industrial. Constituye en esencia un paisaje minero caracterizado por la convivencia de elementos del paisaje de la zona más septentrional andaluza en combinación con elementos propios de una minería metalífera.
Extracción: metálica: cobre, plomo (galena argentaria) Municipios: Bienes protegidos: Caracterización: Comprende ocho términos municipales y se dedicó principalmente a la extracción de plomo argentífero. El paisaje de minero que hoy se conserva es heredero de la minería industrial que surge en la segunda mitad del siglo XIX. El distrito comprende dos zonas diferenciadas: la de Linares (términos municipales de Linares, Vilches, Carboneros, Bailén y Guarromán) donde los filones del mineral están rodeados de capas de granito, y por tanto los trabajos eran más lentos y costosos; y la zona de La Carolina, (La Carolina, Santa Elena y Baños de la Encina), donde los filones se rodean, además de cuarcita, por pizarra, material más fácil de trabajar. Ambas zonas son auténticos mosaicos de monte mediterráneo, salpicados por pozos, lavaderos de mineral, casas de máquinas, chimeneas, tinglados, fábricas, cabrias, diques de estériles, etc… El más famoso de los filones de galena argentífera del distrito minero ha sido Los Guindos, de carácter brechoide formado a favor de una gran falla que tiene más de 11 Km de longitud con 1’5 a 2 metros de anchura y arma entre cuarcitas y pizarras ordovícicas. Como elemento característico de este paisaje minero destaca la cabria o castillete. En Linares se encuentran tres tipologías de estas significativas construcciones: la realizada en piedra, la metálica y la mixta en piedra y metal. Muchas compañías mineras de Linares provenían de Gran Bretaña, lo que explica que muchas de estas cabrias de piedra compartieran características con las de Cornwall. Historia: Ya hay constancia de la existencia de actividad minera en la zona desde la Edad del Cobre. Será durante la Edad del Bronce, en el segundo milenio a.C., cuando la Cultura del Argar, explote de manera intensiva el cobre y la plata de Sierra Morena fundando poblados dedicados a esta actividad. Eran éstas sociedades estratificadas que utilizaban el metal fundamentalmente para la fabricación de armas, objetos de prestigio social, o como un material para el intercambio. Los trabajos mineros eran simples y consistían en la extracción del mineral de los filones que afloraban en superficie. Los íberos también explotaron estas minas, trabajando además del cobre y la plata los filones de plomo. La ciudad más importante era Cástulo, capital de la Oretania, a ocho kilómetros de la actual Linares. Gracias a su situación en un nudo de comunicaciones, Cástulo fue creciendo constituyéndose como el principal núcleo urbano del Alto Guadalquivir por ser el principal centro comercial y de almacenamiento de la producción minera de la zona. Durante la Edad Media, la actividad minera es mucho menor. No obstante existen referencias documentales del siglo XVI que hablan concesiones mineras, para la explotación del cobre y la plata, pese al agotamiento de estos minerales. En Linares existió una Casa de Moneda desde finales del XVII. Al igual que el resto de las zonas mineras de Andalucía las empresas mineras industriales del distrito Linares-La Carolina aparecen dentro del panorama internacional minero industrial durante el siglo XIX. El desarrollo de la minería se centró en la extracción del plomo. Las primeras empresas eran de carácter familiar y se establecieron en la zona de Linares en 1828. Eran fundamentalmente empresas inglesas aunque también las hubo francesas, alemanas y belgas. La llegada de población extranjera dejó una impronta en la zona. El mayor desarrollo de la minería del plomo se produjo en la segunda mitad del siglo XIX. Más de la mitad de la producción nacional de plomo correspondía a esta provincia. En concreto a partir de 1868 muchos particulares y sociedades comenzaron a solicitar el registro de concesiones para explotaciones, atraídos por una legislación favorable que además facilitaba la llegada del capital extranjero. A este increíble desarrollo contribuyeron en gran medida los adelantos tecnológicos relacionados con la actividad minera. Así desde 1849 se constata la utilización del vapor en las máquinas de extracción y bombas de desagüe, una tecnología importada principalmente de la región minera de Cornwall en Gran Bretaña; la electrificación se empezó a aplicar en el Distrito a partir de 1889, utilizándose en todas las etapas del proceso productivo. Algunas de las explotaciones mineras contaron con sus propias centrales térmicas para generación de electricidad. En 1991, la actividad minera desaparece del distrito con el cierre de Minas La Cruz, pero su presencia continuada a lo largo de los siglos ha dejado una fuerte huella en la mentalidad de sus habitantes y en el propio paisaje.
Extensión: 1.433 Km2
Linares, Vilches, Carboneros, Bailén y Guarromán, La Carolina, Santa Elena y Baños de la Encina.
En la actualidad hay 60 inmuebles del Patrimonio Minero Industrial del antiguo distrito Linares-La Carolina protegidos legalmente, gracias a la resolución del 16 de Octubre de 2006 de la Dirección General de Bienes Culturales, por la que se incoa el procedimiento para la inscripción genérica colectiva en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.
Situado al norte de Jaén, es encrucijada de caminos, capital de la comarca de Sierra Morena, con una gran riqueza agrícola, pecuaria y minera. Comprende un área que se extiende desde el sector oriental de Sierra Morena hacia el sur unos 40 km, con una anchura de unos 30 km. Linda al sur con la parte alta de la Depresión del Guadalquivir, por lo que se pueden apreciase dos zonas bien diferenciadas: la sierra y la campiña.
En la actualidad hay ciento veinticinco bienes protegidos por el Catálogo de Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía en el Distrito Minero de Linares-La Carolina. Destacamos entre todos:
Se encuentra situado en el Paseo de Linarejos, S/N de Linares (Jaén). El inmueble consta de la nave de piedra que ha sido sede de la escuela taller encargada de su recuperación y accesos. En la actualidad es Oferta un recorrido expositivo que analiza la historia y el desarrollo de la actividad minera en el “Distrito Minero de Linares” a través paneles explicativos, vitrinas con objetos originales y maquetas. Es un punto de información turística.
Pozo con cabria que funciona de forma eléctrica. Se localiza en la Dehesa de las Yeguas, dentro del término municipal de Bailén. Pertenecía a la concesión San Apolo 1º y 2º, denunciada por vez primera en 1861. En 1880 se hizo cargo de la misma la Sociedad La Inocencia, pasando en 1890 a ser propiedad de Hijos de Manuel Heredia, hasta que en 1920 se hizo cargo de la misma la Cía. la Cruz. Su explotación finalizó en 1991. Este pozo llegó a poseer antes de su cierre unos 570 metros de profundidad. Como el resto de las minas está dividido en pozo, galerías de explotación, galerías auxiliares, cerrojos, castillejos y cóncavos. En el exterior se conservan dos casas de máquinas, ya que posee dos cabrias o castilletes, casa de transformadores, tolva, vestuarios, oficinas, aljibe y canal de conducción de agua hacia los vestuarios y sala de compresores. A diferencia de toros pozos construidos en piedra este utiliza materiales constructivos más actuales como el ladrillo, el hierro para las vigas del techo, enfoscado de cemento o tejas árabes. De sus dos castilletes el metálico de dos poleas, fue trasladado de su emplazamiento original a una rotonda de Linares, quedando el auxiliar en la plaza de la mina. Enlace Google Earth: http://mineriaypaisaje.com/google/linares/pozo_san_jose.kmz
El poblado contaba a finales del siglo XIX y principios del siglo XX con 500 edificios, distribuidos en cuarenta calles y plazas. En su momento de mayor expansión llegó a contar con más de 3.000 habitantes vinculados de una manera u otra al trabajo de la mina. Se trata de un urbanismo racional, adaptado a la difícil orografía del terreno, con predominio de calles rectas y casas alineadas, a semejanza de los pueblos mineros ingleses, pero utilizando los materiales de la zona, sobre todo la pizarra. Entre el patrimonio minero destacan vestigios de la mina Santo Tomás, Pozo nuevo o Pozo El Mirador. En el mismo núcleo de El Centenillo se conserva aún la estación tractora del cable aéreo. Enlace Google Earth: http://mineriaypaisaje.com/google/linares/minas_del_centenillo.kmz
Minas del Centenillo’ fue una importante compañía minera dedicada a la explotación del plomo. Debe su nombre a la localidad en la que se asentó el Centenillo, un núcleo urbano situado en el centro de un hipotético círculo que cobija varios filones mineros de interés (Mirador-Pelaguindas, La Perdiz, Sur, etc.). Se encuentra en una de las zonas abruptas de Sierra Morena, en la más septentrional de la provincia de Jaén. La orografía y al altitud (supera los 800 m), hacen escasas y difíciles las comunicaciones con las poblaciones que tiene a su alrededor. Integra un buen número de concesiones y pozos mineros entre los que destacan El Mirador, Santo Tomás, El Aguila, Pozo Nuevo, San Guillermo, La Botella, El Macho, La Inglesita y Rancheros. El origen o los indecentes de la compañía son la mina La Perdiz, hoy oculta bajo el poblado. La primera empresa encargada de su explotación fue Sociedad Especial Minera Río Grande fundada en 1865 por la familia Haselden e integrada por accionistas de procedencia inglesa. A finales del siglo XIX llego a ser una de las compañías más importantes en la producción de plomo, proporcionando importantes beneficios a sus propietarios. Es en ese contexto cuando se crea en 1886 la Sociedad Centenillo Silver Lead Mines Company Limited, transformada poco después en New Centenillo. En 1921 se convirtió en una empresa española (sede social en España) aunque con intereses y capital inglés hasta 1950 y francés en el periodo 1950-1960, pasando a denominarse como Minas del Centenillo que mantuvo su actividad minera hasta los años 60. El Centenillo fue un gran centro minero, dedicado a la extracción de mineral, aun careciendo de capacidad industrial. El mineral se transportaba hasta las fundiciones de Linares, y desde ahí se exportaba en forma de lingotes de plomo hasta Inglaterra y otros mercados, para abastecer de materias primas las industrias de esos países.
ITINERARIOS TURÍSTICOS EN EL BIERZO
– http://mineriaypaisaje.com/linares-la-carolina-it/
INDUSTRIAS CULTURALES DE LA COMARCA
– http://mineriaypaisaje.com/linares-la-carolina-ic/
http://www.iaph.es/web/canales/conoce-el-patrimonio/rutas-culturales/contenido/Rutas_propias/01_01_Linares_laCarolina
http://www.proyectoarrayanes.org/
http://www.fupia.es/
http://www.acmica.es/
http://www.proyectoarrayanes.org
Constituido por dos tipos diferenciados: por un lado el levantamiento de sierras de poco porte y valles, que predominan en la parte septentrional que corresponde a Sierra Morena; y por otro a llanuras y campiñas suavemente onduladas en el centro y sur del ámbito, coincidiendo este último con el grueso de los espacios mineros
Cuenta con muy poca población, sin apenas entidades que, además, se encuentran directamente relacionadas con la actividad minera, casos de Araceli, Los Guindos o Centenillo.
Son sierras de poco porte y muy “arrasadas” por un larga historia erosiva, al tiempo que los valles presentan una disposición relativamente estrecha; y, cómo no, su color “verde moreno”, el verde oscuro característico de encinas, alcornocales, quejigares y matorrales nítidamente esclerófilos; de hecho, éstos combinan espacios densos forestales con una disposición muy esponjada cuando conforman dehesas, uno de los ejemplos del latifundismo del lugar. El pino ha cobrado cierta importancia en cuanto a la explotación forestal, al tiempo que los cortafuegos se han convertido en un signo representativo del paisaje. El Parque Natural de Despeñaperros es uno de los símbolos de este tipo de paisaje.
El propio Atlas de paisajes señala los tres rasgos que definen este tipo de paisaje: “formas de relieve suavemente alomadas sobre materiales margo-arcillosos de buenos suelos para la labor; aprovechamiento agrícola dominante, tradicionalmente de secano […]; y un poblamiento concentrado en grandes núcleos, de emplazamientos predominantemente culminantes, que hacen de los pueblos y agrovillas de campiña hitos destacados en la composición del paisaje, y al mismo tiempo, atalayas de amplias panorámicas”. En el caso de este paisaje se trata de campiñas olivareras, ocupando este cultivo la mayor parte de su superficie; también pueden aparecer áreas de dehesa en sus posiciones más marginales (si bien son escasas), áreas concretas de cultivo herbáceo y, en cursos fluviales a modo de barrancos, bosques más o menos silvestres. Los cortijos son piezas agrarias-residenciales muy características de este tipo de paisaje. En esta unidad es donde se ha producido el grueso de la actividad minera, con dos concentraciones principales: una entre Santa Elena y La Carolina y la otra en el triángulo formado por Guarromán, Linares y Bailén. Son áreas donde a pesar de aflorar substrato terciario margoso, la escasa potencia del mismo permite el acceso a las capas que contienen los metales. Dentro del poblamiento, cabe destacar las plantas regulares en cuadrícula de las Nuevas Poblaciones, proyecto del siglo XVIII destinado a poblar los “vacíos” que hacían del Camino Real de Andalucía un lugar poco seguro. Es el caso de Santa Elena, Navas de Tolosa, La Carolina, Carboneros o Guarromán.
Sierras y valles de la Sierra Morena
- Sierras entre los ríos Jándula y Guadalén: Se trata de una unidad muy “natural” en cuanto a la existencia de masas de encinas con estructura de bosque, lo que ha llevado a la protección de áreas como el Parque Natural de Despeñaperros y el Parque Natural de la Sierra de Andújar o instalaciones como el Centro de Cría del Lince Ibérico La Olivilla. De hecho, en esta unidad las dehesas cuentan con una representatividad inferior a la habitual en este tipo de paisaje. No obstante, esta densidad forestal, unido a sus tórrido clima estival, han llevado a que una pieza significativa sean los cortafuegos. El escaso poblamiento del lugar tiene relación con explotaciones mineras, caso de El Centenillo. La excepción es Baños de la Encina, cuya posición fronteriza, si bien su posición fronteriza lo engarza más a las campiñas.
Campiñas andaluzas
- Campiña de Vilches: Si bien ambas unidades cuentan con cierta homogeneidad, ésta cuenta con relieves con mayor desarrollo altitudinal y pendientes más acusadas. El grueso de la actividad minera se encuentra en esta unidad, tanto en el espacio que va entre Santa Elena y La Carolina como las del triángulo Linares, Guarromán y Bailén, si bien estas dos últimas poblaciones no se encuentran en esta unidad. El olivar domina en esta unidad.
- Campiña de Bailén: Su principal diferencia con la anterior unidad son lomas mucho más suaves, amplias y tendidas. A igual que en la anterior, el olivar cuenta con un dominio absoluto. Aparecen bastantes explotaciones mineras, especialmente en el entorno de Bailén.