Linares – Carolina / Tipos
Sierras y valles de la Sierra Morena
Son sierras de poco porte y muy “arrasadas” por un larga historia erosiva, al tiempo que los valles presentan una disposición relativamente estrecha; y, cómo no, su color “verde moreno”, el verde oscuro característico de encinas, alcornocales, quejigares y matorrales nítidamente esclerófilos; de hecho, éstos combinan espacios densos forestales con una disposición muy esponjada cuando conforman dehesas, uno de los ejemplos del latifundismo del lugar. El pino ha cobrado cierta importancia en cuanto a la explotación forestal, al tiempo que los cortafuegos se han convertido en un signo representativo del paisaje. El Parque Natural de Despeñaperros es uno de los símbolos de este tipo de paisaje.
Cuenta con muy poca población, sin apenas entidades que, además, se encuentran directamente relacionadas con la actividad minera, casos de Araceli, Los Guindos o Centenillo.
Campiñas andaluzas
El propio Atlas de paisajes señala los tres rasgos que definen este tipo de paisaje: “formas de relieve suavemente alomadas sobre materiales margo-arcillosos de buenos suelos para la labor; aprovechamiento agrícola dominante, tradicionalmente de secano […]; y un poblamiento concentrado en grandes núcleos, de emplazamientos predominantemente culminantes, que hacen de los pueblos y agrovillas de campiña hitos destacados en la composición del paisaje, y al mismo tiempo, atalayas de amplias panorámicas”.
En el caso de este paisaje se trata de campiñas olivareras, ocupando este cultivo la mayor parte de su superficie; también pueden aparecer áreas de dehesa en sus posiciones más marginales (si bien son escasas), áreas concretas de cultivo herbáceo y, en cursos fluviales a modo de barrancos, bosques más o menos silvestres. Los cortijos son piezas agrarias-residenciales muy características de este tipo de paisaje.
En esta unidad es donde se ha producido el grueso de la actividad minera, con dos concentraciones principales: una entre Santa Elena y La Carolina y la otra en el triángulo formado por Guarromán, Linares y Bailén. Son áreas donde a pesar de aflorar substrato terciario margoso, la escasa potencia del mismo permite el acceso a las capas que contienen los metales.
Dentro del poblamiento, cabe destacar las plantas regulares en cuadrícula de las Nuevas Poblaciones, proyecto del siglo XVIII destinado a poblar los “vacíos” que hacían del Camino Real de Andalucía un lugar poco seguro. Es el caso de Santa Elena, Navas de Tolosa, La Carolina, Carboneros o Guarromán.