Valle del Nalón / Tipos
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Sierras y valles de la Cordillera Cantábrica
Se trata de relieves diseccionados por unos ríos “impetuosos”, que salvan importantes desniveles con poco recorrido lineal, lo que les confiere una gran capacidad erosiva, lo que supone la presencia de valles transversales al colector principal: Candín, Barrero, Samuño, Villar, Santa Bárbara, La Güeria, Tirana, Rebollada, Villoria.
Sobre este tipo de paisaje fue muy habitual la minería de montaña u horizontal, pues la propia ladera se aprovechaba para iniciar galerías a diferentes alturas a través de lo que se conoce como una bocamina. Posteriormente, la explotación se llevó a los ejes de los valles por medio de pozos verticales, lo que supuso una mayor incidencia de la minería en el paisaje, con caracteres análogos a los que se comentarán en el próximo tipo de paisaje.
Valles intramontañosos asturianos
Básicamente es la continuación de los anteriores, con caracteres relativamente parejos. Sin embargo, éstos ocupan la parte más baja y abierta de los valles de la Cordillera Cantábrica, así como en los grandes colectores fluviales.
El calificativo de “intramontañosos” es buen reflejo de su orografía, con laderas también de pendientes importantes, si bien algo menos acusadas que en el tipo anterior; y, eso sí, la parte baja cuenta con una mayor sección, con cierta importancia de las vegas, estrechas pero vegas, únicos terrenos llanos del entorno.
Sobre este tipo la actividad minera ha sido capital; si bien también cuenta con numerosos ejemplos de minas de montaña, el pozo vertical es el modelo por excelencia, dibujando un skyline dominado por castilletes y una superficie ya no sólo cubierta por las instalaciones del propio pozo, sino también de las infraestructuras centrales que asisten a toda la cuenca, tales como los lavaderos.
Esta mayor actividad conlleva una mayor presencia de espacios residenciales urbanos. El modelo más repetido es de barriadas obreras a modo de cuartel, donde su función básicamente se limitaba al residencial con una nítida carencia de equipamientos que, en los mejores casos, se fueron incorporando posteriormente. El crecimiento urbano ha creado una ciudad lineal por coalescencia. Los mayores centros urbanos y la cabeza comarcal, Langreo, también se encuentran sobre este tipo de paisaje.