14.- Imón
Paisaje de las Salinas de Imón y La Olmera (Guadalajara)
Extracción: Sal
Caracterización:
Localizado en el complejo de salinas de Alienza-Sigüenza. Estecomplejo salinero, conformado por las salinas de Imón y la Olmera, ubicadas junto al pequeño pueblo de Imón,en el valle del río Salado y de La Laguna de la provincia de Guadalajara, prácticamente en el límite de esta provincia con Soria. El paisaje cultural está formado por una gran extensión de albercas acompañadas de norias, acequias, pozos y pabellones destinados a la producción de sal.
El lugar se caracteriza poruna gran diversidad litológica y geomorfológica. La zona coincide con el contacto entre el Sistema Central y la prolongación más oriental de la Sierra de Ayllón, con litologías paleozoicas (fundamentalmente pizarras y cuarcitas), y parameras del sistema Ibérico, con rocas mesozoicas de características variadas (areniscas, calizas, dolomías, margas, arenas albenses, etc).
La red hidrográfica de este valle excavó hasta el nivel del Keuper, compuesto por arcillas rojas vermiculadas con incrustaciones salinas. Surgen así los afloramientos de aguas subterráneas cargadas de sales, aprovechadas desde la antigüedad para la extracción de sal.
Se encuentran rodeadas de terrenos con altas concentraciones salinas, más o menos extensos en el fondo de los valles no cultivados, donde existen interesantes comunidades de vegetación halófila de gran originalidad por su aislamiento, con presencia de especies raras en el interior de la península ibérica como la Scorzoneraparviflora o la Glauxmaritima, que conviven con vestigios de métodos tradicionales de explotación salinera de gran valor histórico-cultural.
Historia:
Por noticias documentadas sabemos que la explotación existe al menos desde el siglo X,sirviendo como fuente de riqueza para sus explotadores (reyes, clérigos y nobles). Antiguamente la sal era un bien muy preciado que servía como medio de intercambio. Y es que la sal era un factor positivo de desarrollo de los territorios puesto que posibilitaba la conservación de alimentos (pescado y carne de cerdo fundamentalmente. Este desarrollo se intensificaría en la segunda mitad del siglo XII
De ese periodo datan los primeros escritos que mencionan las Salinas de Imón y la Olmeda .Así en 1139, Alfonso VI hace donación del diezmo de las salinas de Imón al obispo Bernardo de Sigüenza. En 1156, Don Bernardo, obispo dona los rendimientos de las Salinas para la construcción de la Catedral. Así durante el siglo XIII existen noticias que ratifican dichas donaciones. En los siglos posteriores su ritmo de producción se estanca hasta que con la política de Carlos III se impulsa de nuevo su explotación. A finales del siglo XVIII las salinas de Imón y Olmeda producían el 7% de toda la producción salinera de España.
En el año 1871, después de depender su explotación del Estado, se venden en pública subasta juntamente con las de la Olmeda. Los dos consorcios de compradores, 15 en total, en 1873 se unen para explotar conjuntamente. Pasan a partir de ese momento a manos de una sociedad que aún hoy figura como propietaria, “Sociedad Salinas de Imón y la Olmeda”.Aunque su explotación comercial haya prácticamente ha desparecido, actividad que continuó hasta el año 1993.
Para la producción de la sal se emplea el agua salada quees extraído mediante norias para ser extendido en grandes balsas donde, por la evaporación del agua, se obtiene la salmuera y por diferentes procedimientos de secado, el producto final. Cuenta para ello en su conjunto con más de 1.000 albercas, junto con enormes almacenes, lo que nos puede dar una idea aproximada de la capacidad productiva que han tenido. Para ello se cuenta además con un sistema de caminos, acequias y desagües que conforman un paisaje singular en el que destacan las norias.
Más allá de la zona de las salinas que ocupa unas 12.000 hectáreas en la zona hay hasta 12 salinas más (Bujalcayado, Santamera, Riofrío del llano, Rienda, Todelrábano, Carabias, alcuneza, Valdealmendras, y Almaya, Saelices, Ocentejo, El Atance y Anguita) de las cuales solo Imón y la Olmeda han logrado tener una cierta entidad.
La explotación salinera se estructura en partidos o zonas con un pozo y su noria para abastecer de agua así como un recocedero de uno o dos metros de profundidad, donde se almacena la salmuera durante el invierno. Posteriormente se pasa a los calentadores donde se acelera el proceso de concentración de sal. Los materiales de construcción de estos espacios son especialmente adecuados y resistentes a la sal, empleándose la piedra caliza, tanto en los suelos como paredes, el mortero de cal para recubrir por dentro los paramentos y la madera para vigas y techos. El conjunto de las edificaciones hoy conservadas son de finales del siglo XVIII, aún con adaptaciones y modificaciones posteriores
Aunque esta actividad ha sido históricamente el motor más influyente de la zona la falta de competitividad y modernización ha roto el tradicional equilibrio entre salinas, pueblos y paisaje. No obstante las salinas de Imón y Olmera aún funcionan, aunque sea a baja intensidad, por lo que todavía son rentables. En torno a ellas se ha generado un pequeño pero floreciente negocio hotelero, basado en el “Spa”, gracias a la salinidad del agua y al tirón que hoy en día tiene el turismo saludable.
Municipios afectados: Sigüenza, Olmeda de Jadraque.
Extensión: 397 Km2
Bienes protegidos:
- Zona de Especial protección para Aves (ZEPA)
- Lugar de Importancia Comunitaria (LIC)
- Bien de Interés Cultural (BIC)
Recursos y referencias:
- 100 elementos de Patrimonio Industrial en España. Gerardo J. Cueto Alonso y María Pilar Biel Ibáñez (Coordinadores). TICCIH España. ISBN: 978-84-937738-6-1.
- Ficha Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) http://agricultura.jccm.es/inap/archivos/salado_lic_ficha.pdf
Parameras ibéricas
Son “paisajes de amplio horizonte”, lo que deriva de lo horizontal de su relieve. No obstante, esto no quiere decir que la topografía sea homogénea, pues podrían definirse dos niveles: uno el de las campiñas a unos 900 metros y otro el de las sierras tabulares, a unos 1.100. Esta disposición plana depende de momentos de erosión previos a los últimos ajustes tectónicos, pues en realidad se trata de relieves plegados invertidos, lo que resulta fundamental para la explotación de las salinas.
Así los sinclinales (el pliegue con forma de “U”, valle en origen) configuran la partes altas del territorio, mientras que los anticlinales (la “U invertida”, elevada durante su génesis) han sido vaciados debido a su mayor debilidad ante los agentes erosivos, pues una vez “roto” el estrato de duras dolomías (que actualmente suponen la base de las sierras tabulares) afloran materiales mucho más blandos del Triásico, caso de arcillas, margas, limolitas, yesos y, con gran representatividad, sal. En efecto, entre estos materiales triásicos la concentración de sal es lo suficiente como para que la solución que acarrea el agua permita su explotación.
A nivel de explotación extractiva, no sólo cabe hablar de las salinas, pues las canteras de yeso y áridos han contado con cierta relevancia. De todos modos, la presencia de las salinas resulta más destacada, con la presencia de las salinas de La Olmeda en el río de la Hoz y, sobre todo, las salinas de Imón en el río Salado, sin duda el topónimo más representativo del fenómeno aludido.
Muelas ibéricas
No deben confundirse con las muelas fruto de la erosión de páramos, pues en este caso el término hace referencia a la forma en que se rematan las elevaciones, con rocas masivas que dibujan fuertes pendientes a partir de una cima plana.
Constituyen el borde occidental de este paisaje, donde las masivas calizas del Cretácico han sido responsables de relieves más vigorosos, si bien mantienen sus cimas planas, así como valles más angostos, llegando en casos concretos a constituir hoces; el río de la Hoz es un topónimo paradigmático de este tipo. De hecho, esta característica ha sido la responsable de favorecer la implantación de embalses sobre este tipo.
El grado de ocupación humana es mucho menor que en las parameras por las propias dificultades del terreno, y cierta preferencia hacia actividades de corte ganadero. Esto, a su vez, ha permitido una buena conservación del bosque mediterráneo, con un dominio nítido de encinas y, en menor medida, de quejigos.
En esta zona, la actividad extractiva básicamente se ha limitado a canteras de áridos.
Parameras ibéricas
- Paramera de Sigüenza: Es la unidad más representativa de este paisaje y donde se incardinan las salinas. Los páramos cuentan con gran continuidad, con valles relativamente estrechos con la salvedad de la campiña que va de Sigüenza a Imón, si bien ésta se encuentra salpicada por varias muelas (páramos de planta tendente a circular de escasa dimensión); es en esta campiña donde se localizan las salinas. Sobre las tierras bajas se asientan la red hidrográfica, la red de carreteras y ferrocarril y los asentamientos humanos. En este sentido, el núcleo de Sigüenza supone una excepción a la tónica general, pues predominan entidades pequeñas tanto en extensión como en población. Existe un fuerte contraste entre los usos de las sierras tabulares, con predominio forestal y ganadero extensivo frente a las tierras de cultivo de los valles y campiñas.
- Paramera de Atienza y Campisábalos: Dentro de este paisaje ocupa una posición de borde en el NW; viene a ser una continuación de la anterior unidad, si bien las campiñas cuentan con un mayor predominio mientras que los páramos cuentan con un grado de erosión más acusado.
- Parameras de Barahona-Sierra Ministra: A igual que la anterior, se encuentra en un margen, en el nororiental, y también supone cierta continuidad con la paramera de Sigüenza; los páramos se encuentran peor conservadas que las de Sigüenza, pero mejor que las de Atienza, con cierta tendencia a disposiciones monoclinales, y con valles con frecuentes lomas.
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Almacenes de San Antonio y de San José
Son dos pabellones de almacenaje del siglo XVIII con madera toscamente labrada, dando lugar a unas interesante estructuras industriales, de las más antiguas conservadas de la península, que se alejan bastante de la estereotipada idea de la fábrica hecha en ladrillo y hierro. La simbiosis entre la madera y la sal es algo a destacar, puesto que esta última, al absorber la humedad, previene a la madera de cualquier tipo de pudrición, conservándose perfectamente. Si se hubiese usado acero u hormigón, a buen seguro hoy tendríamos unos edificios carcomidos por el óxido y las eflorescencias.
El de san Antonio tiene unas dimensiones de 48×27 m. Dispone de una solución estructural con pórtico de madera de gran esbeltez y una entreplanta con vigas y en este caso, suelo de madera que permite el acceso de los vehículos de transporte (a tracción animal o a motor en el siglo XX). La fachada es de mampostería y silería con estructuras de madera que se conservan perfectamente gracias a la sal.
El Almacén de San José es de similares características que el anterior, con unas dimensiones más cuadrangulares (40×35 m.) y la particularidad de presentar una torre que se construyó en uno de sus hastiales con el fin de facilitar la labor de elevar las vagonetas a la planta superior.
Enlace Google Earth: http://mineriaypaisaje.com/google/imon/almacenes_de_san_antonio_y_san_jose.kmz
Norias de Mayor, Rincón y Marajos
Abastecían al conjunto de piscinas y estanques, a excepción del partido y recocedero de Torres que está abandonado. Presentan planta octogonal y cubierta de teja cerámica con ocho paños. Estas se conectaban en el exterior con un sistema de empedrado de caballones y albercas y muretes de mampostería para los recocederos. Mediante un sistema de acequias y desagües con estructuras de madera se abrían o cerraban determinadas zonas controlando el caudal del agua.
Enlace Google Earth: http://mineriaypaisaje.com/google/imon/norias_de_mayor_rincon_y_marajos.kmz