La Reunión / Tipos
Laderas y valles de la Sierra Morena al Guadalquivir
Tal y como señala el Atlas de paisajes, “es la faz visible de Sierra Morena desde el fondo del valle del Guadalquivir”. Y, como tal, conoce, sobre todo, los caracteres propios de la Sierra Morena, si bien su desnivel hasta el tipo de las vegas del Guadalquivir es mayor que el habitual de Sierra Morena.
Algo propio de la Sierra Morena es, precisamente, su color “verde moreno”, efecto de la vegetación esclerófila que cubre estos terrenos; es el caso de las encinas y alcornocales propios de las abundantes dehesas, de los quejigos, del olivar (sólo presente en las áreas más bajas) y de un monte bajo que con frecuencia acoge actividades cinegéticas.
Sin duda, éste es el tipo de paisaje dominante de las Minas de La Reunión, al menos de su espacio circundante, pues éstas se presentan como una ruptura en el mismo, especialmente tras su explotación a cielo abierto; sin embargo, el actual lago de San Fernando o del Mirador, que es el relleno de la corta minera, y la plantación de pinos en su entorno ha suavizado de un modo importante el impacto visual de la misma, reduciendo el “aire” minero del lugar, pero potenciando las piezas más reseñables que se relatan en el apartado de hitos.
La planta de los barrios de Villanueva del Río y Minas muestran de un modo nítido las áreas pre-mineras (o de minería incipiente), bastante irregulares, con las manzanas ortogonales de su momento de gran expansión, derivado, como no, de la actividad minera.
Vegas del Guadalquivir, Genil y Guadalete
Resulta un contraste muy importante respecto del tipo de paisaje anterior. Así se pasa de terrenos alomados a suelos muy planos, del latifundio a minifundio, de la ganadería a la agricultura, de la dehesa a la ausencia de arbolado, de los colores “morenos” a un verde intenso resultado de un intenso regadío.
El río Guadalquivir es la clave de este tipo de paisaje, pues durante sus máximos caudales rellenó de sedimentos el centro de la depresión, aportando una fertilidad que sólo la elevada capacidad de riego que él mismo aporta y el clima soleado del lugar pueden mejorar. La propia llanura de estos terrenos queda manifiesta por los meandros que dibuja el río en este sector.
Debe mencionarse que su representatividad superficial resulta reducida para este paisaje, además de no contar con actividad minera; sin embargo, su relación visual con el tipo anterior hace que no sea sencillo disociarlos.
Llanos interiores andaluces
Apenas supone una franja marginal en el sur de este paisaje donde, debido a la planitud topográfica, casi la mayor distinción con la vega es la poca relevancia del regadío.